Ya lo canta Alejandro Sanz, no es lo mismo ser que estar; también lo dijo Cela, no es lo mismo estar dormido que estar durmiendo (quedémonos con la versión políticamente correcta). Y es que
hay cosas que, aunque muy parecidas, son diferentes.
Por ejemplo, la granola.
La granola y el muesli son primas hermanas pero no hermanas gemelas. Y, sin embargo, mucha gente piensa que son lo mismo. Por si alguien al otro lado de estas líneas no tiene clara la diferencia entre la granola y el muesli, la explicaré de manera resumida: si bien ambas comparten la avena como uno de sus ingredientes principales, la granola se mezcla principalmente con frutos secos mientras que el muesli lo hace con frutas. ¿Otra diferencia importante? La manera de prepararlo.
La granola se hornea a fuego lento mientras que el muesli es el cereal crudo.
Como ves,
los detalles marcan la diferencia.
Otra de las grandes dudas de la humanidad (y que hoy vamos a resolver en nuestro Diario Newyorkino) es la
diferencia entre las cerezas y las picotas.
La picota es una variedad de cereza, una de las más tardías en España, y tiene su propia Denominación de Origen Protegida, Cereza del Jerte. Una cereza con “pedigrí” que se cultiva desde el siglo XVII en el Valle del Jerte, en el norte de Extremadura.
La picota es algo así como el
haute couture del universo de las cerezas. Se cultivan artesanalmente, en tierras fértiles y regadas por arroyos cristalinos. Por no hablar del aire puro que respiran cada día a más de 2.000 metros de altitud.
Después, cuando la picota ha alcanzado el grado de madurez óptimo, se recoge a mano y con cestas de castaño, seleccionándose una a una a pie de árbol. Lo dicho, la más exquisita Alta Costura trasladada al Valle del Jerte.
¿Cómo distinguir una picota de una simple cereza?
Lo que más salta a la vista es la ausencia del pedúnculo (rabito), ya que se queda prendido del árbol en el momento de la recolección. Además, su hueso es más grande, su sabor más dulce, de textura crujiente y color algo más oscuro, casi negro.
Estamos en el momento óptimo para disfrutar de esta variedad de cerezas ya que sus meses son julio y agosto.
Si no te gusta la fruta de sabor muy dulzón, como es mi caso, siempre puedes decantarte por otras variedades de cerezas ya que son un poco más ácidas.
Ahora que ya sabes cuáles son las principales diferencias entre las cerezas y las picotas y que también has aprendido a distinguir la granola del muesli, te propongo una receta que combina las cerezas con la granola para disfrutar de la merienda estival perfecta:
yogur, puré de cerezas y arándanos y granola La Newyorkina. Lo sé, se te está haciendo la boca agua.
Además de una merienda súper sabrosa, es una
bomba de antioxidantes ya que las cerezas tienen un alto contenido en antocianinas, al que sumamos el poder antioxidante de los arándanos, por todos conocido.
Ya sabes, próxima vez que vayas al súper, llena tu cesta de cerezas o picotas y ¡disfruta de esta fruta de temporada!