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Es un alimento que desde siempre se ha relacionado con remedios caseros y beneficios tanto para el cuerpo como para la mente. Pudo pasar por décadas de menos interés en la gastronomía, pero hoy en día el jengibre es un alimento muy de moda y que se está introduciendo cada vez más en nuevas recetas y platos. El jengibre es una raíz que se ha vinculado históricamente tanto a la gastronomía como a la medicina gracias a sus únicas propiedades. Aunque su apariencia no es la más bonita del mundo, es por dentro donde está su auténtico valor. Su sabor cítrico, fresco y picante son las principales cualidades del jengibre. Esta planta se puede consumir de distintas formas: bien cruda, rallada, en polvo, como zumo o como ingrediente añadido de otros platos o recetas. Se cultiva en muchos lugares del mundo: China, India, Perú, Jamaica y Australia son algunos de los principales productores y exportadores. Al introducir el jengibre en nuestra dieta estamos ayudando a mejorar el sistema intestinal, favoreciendo la digestión y potenciando que el estómago absorba los nutrientes de los alimentos que ingerimos. También es muy recomendable masticarlo crudo para combatir los síntomas de mareos o nauseas. Por otro lado, el consumo de este alimento favorece la reducción inflamaciones o el mal aliento. Sus propiedades caloríficas ayudan en la sudoración, por lo que es muy útil en situaciones de catarros y gripes. Es antioxidante y contiene altas dosis de magnesio, fósforo y calcio.